
¡Hola colegas chefs!
Hoy quiero contarles un incidente gracioso que me pasó con mi adjunto, Alex. Normalmente somos un equipo muy eficiente y bien organizado, pero ayer fue un día lleno de incidentes cómicos.
Desde nuestro nuevo termómetro para carne, al que felizmente volvimos, todo parecía ir a la perfección. Pero después de unos minutos de medir la temperatura del bistec, Alex decidió tomar la temperatura de todo lo que había en la cocina. Acabó tomando la temperatura de la nevera, del cajón de las especias y hasta de la cafetera. ¡Sí, has oído bien, en la cafetera!
Fue divertido ver a Alex fruncir el ceño tratando de entender por qué la temperatura de la cafetera era tan importante. Por supuesto, no pudimos evitar preguntarle qué estaba buscando exactamente y por qué estaba tan preocupado por la temperatura de la cafetera.
Finalmente logramos que Alex centrara su atención en nuestro bistec y logramos cocinarlo perfectamente, incluso sin nuestro termómetro de confianza.
Así que, queridos, he aprendido que debemos tener mucho cuidado en lo que nos enfocamos en la cocina. De lo contrario, podemos acabar midiendo la temperatura de todo lo que nos rodea, ¡incluida la cafetera!
Con amor Chef Andrei